Sexto.
Incrementará el
tráfico ilegal de niños por aumento de la "demanda"
proveniente de los nuevas parejas homosexuales deseosas de adoptar.
Séptimo.
La
indiferenciación de roles y de tipos de relación, más la ausencia de
nexo biológico llevará a una progresiva culturización contra el tabú
del incesto por lo que a mediano y largo plazo producirá una
generalización de las prácticas incestuosas en dichas familias
(Aclaro, una vez más, por las dudas: lo expuesto no significa decir que
los homosexuales sean pederastas).
Octavo.
Eliminará
cualquier posibilidad práctica de que el niño no sepa que es adoptado
o que recién lo sepa a edad conveniente, conforme lo aconseja una buena
parte de la doctrina psicológica y legal.
Noveno.
Se le priva
deliberadamente al niño del enriquecedor aporte de la diversidad
femenino-masculino de la pareja heterosexual y la adjudicación de roles
(no siempre mecánica, por cierto) que de ella deriva: autoridad
(padre), afecto (madre). Obviamente, esta afirmación será negada por el
ideologismo monosexual ya que éste niega o subestima toda diferencia
entre los sexos, psicológicas y físicas.
Décimo.
Crea inmediatos
problemas de socialización respecto a los niños que mayoritariamente
tienen padres y madres de distinto sexo, utilizándose así a los
menores como campo de pruebas de un experimento hasta que la sociedad
"acepte" el monosexualismo como principio.
Undecimo.
Introduce
prematuramente en el niño el interrogante respecto a sí, a pesar de su
sexo, el destino le deparará unir su vida a un individuo del sexo
opuesto y tener hijos biológicos o si por el contrario deberá
amar a alguien del mismo sexo y no poder tener hijos biológicos. Se
producirán sentimientos de rechazo o compasión hacia sus
"padres" y eventualmente heterosexualidad contenida en la
adolescencia (falsa castidad) para no defraudar al padre homosexual
adoptivo por la exteriorización de sus prácticas heterosexuales.
Duodécimo:
Siendo las
parejas homosexuales menos estables y firmes que las heterosexuales
también se le privará al niño del aparente amparo biparental que se
pretende establecer.
Decimotercero:
Todo hace prever
que los niños adoptados en esas condiciones tendrán importantes
problemas de conducta, adaptación, rebeldía, castidad contenida o
sinergia sexual excesiva, etc., pero aclaro que ningún experimento para
determinar que "no serán distintos" justifica los otros
inconvenientes ya enunciados. Aclaro además que cualquier estudio para
ser serio debería abarcar un tiempo de 30 años por lo menos -para
tomar toda la vida de desarrollo psiquico- y ser muy preciso en los
campos a estudiar, es decir, auténticas parejas homosexuales adoptivas
y no remanentes de parejas heterosexuales o simples casos de acogida.
(El orden de la
exposición es simplemente enunciativo y no indicativo de importancia
relativa)